La publicación del Reglamento comunitario para autorizar la autoregulación de la producción láctea se ha publicado recientemente, pero ya algunos países han empezado a mostrar su posición al respecto.

Francia es un gran propulsor de esta medida. Su Ministro de Agricultura, Stephan Le Foll ha escrito una carta a todos sus homólogos comunitarios con el fin de pedirles que apliquen la regulación de la producción, ya que en su opinión, es una medida que tendría que aplicarse de manera conjunta en todos los países. También solicita que se apliquen incentivos financieros a nivel comunitario, los cuales podría proceder de los márgenes dejados por el Presupuesto de Ejecución 2016.

En España, en una reunión que el Ministerio de Agricultura mantuvo con el sector lácteo la pasada semana, hubo una opinión favorable para regular la producción láctea, siempre que la distribución se comprometiera también en el acuerdo. Hoy se va a celebrar una reunión en el Ministerio para seguir avanzando en los detalles de este posible acuerdo.

En el lado opuesto, se encuentran países como Irlanda, que ya en la reunión del Consejo de Ministros mostró su disconformidad a la aplicación de este acuerdo que va en contra de su estrategia de crecimiento de la producción.

Reino Unido también es poco probable que apoye o financie esta medida según la organización agraria NFU. Tampoco creen que las cooperativas británicas la pongan en marcha. Opinan si que una empresa o colectivo reduce su producción, este hueco se llenará inmediatamente con la leche de otros ganaderos tanto del Reino Unido como de otros países de la UE.

Holanda tampoco es previsible que reduzca su producción.