La organización UPA hace un llamamiento al sector vacuno de leche de Castilla y León para que participe en la movilización del próximo jueves 19 de abril en la localidad de Aranda de Duero, en la que se exigirán precios justos y actuaciones contra la decisión de la Industria de reducir el precio pagado a los ganaderos.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) estará al frente de este acto de protesta convocado por el conjunto de organizaciones agrarias y cooperativas, dado que las industrias están sometiendo a una presión insoportable a las explotaciones ganaderas, lo que está provocando el abandono de cientos de profesionales año tras año.

Consideramos absolutamente injustificada la bajada de precios en una situación como la actual, por lo que UPA y el resto de Opas pedirán en esta manifestación que se ponga coto a este abuso, porque el sector no puede asumir los constantes recortes que están dañando muy seriamente las economías de miles de explotaciones castellanoleonesas.

La concentración ante las puertas de la industria Pascual no es más que el primer acto de los muchos que está previsto que se celebren en nuestra comunidad autónoma, si no se toman cartas en el asunto y se pone coto a los escandalosos márgenes comerciales que generan las empresas a costa de los ganaderos.

UPA apunta al conjunto de industrias lácteas como auténticas culpables de una situación límite como la actual, contando además con el beneplácito de las distintas administraciones, que de forma pasiva muestran su más absoluta dejadez ante la situación de indefensión en la que se encuentra el sector productor, mientras esas empresas campan a sus anchas marcando unos precios ruinosos hasta poner al borde del abismo a muchos ganaderos.

Para nuestra organización la actuación de la industria es absolutamente inaceptable y cínica porque reduce cada vez más el precio de la leche a los ganaderos a medida que se incrementan los costes de producción para estos. Además está generando serios problemas al sector productor, dado que con sus continuos abusos están apretando las economías de los ganaderos, hasta el punto de hacer inviable en muchos casos a las explotaciones que han tenido que realizar un importante esfuerzo inversor con préstamos muy elevados para adecuar sus explotaciones a las necesidades del mercado.