El cultivo del ajo en la provincia de Córdoba, una actividad tradicionalmente importante, continúa enfrentándose a una reducción significativa de la superficie sembrada. Este año, la superficie destinada a este cultivo será muy similar a la de la campaña anterior, con apenas un ligero incremento del 10%, pese a las lluvias registradas en otoño y primavera. La campaña pasada ya experimentó una caída superior al 50% respecto a temporadas previas, situándose por debajo del millar de hectáreas, una cifra muy inferior a las 2.000 hectáreas habituales en campañas recientes y a las 9.000 hectáreas que se alcanzaban en las décadas de los 80 y 90, según datos de la Sectorial del Ajo de Asaja Córdoba.

Incertidumbre por la disponibilidad de agua
La incertidumbre sobre la disponibilidad de agua al inicio de la preparación de los terrenos, en septiembre, ha sido uno de los factores clave que han limitado el aumento de la superficie cultivada. Aunque las lluvias llegaron en octubre, el embalse de Iznájar, fuente principal para la comunidad de regantes del Genil-Cabra, continúa en niveles similares a los del año pasado. Esta situación, junto con la alta inversión requerida para el cultivo, estimada entre 12.000 y 13.000 euros por hectárea, desanima a los agricultores a expandir sus siembras sin garantías hídricas.
El desarrollo del cultivo este año dependerá en gran medida de las precipitaciones que se registren en primavera, según señaló Del Pino, quien también ocupa el cargo de vicepresidente de la Mesa Nacional del Ajo.
Situación nacional
En la reciente asamblea de la Mesa Nacional del Ajo, celebrada en Chinchón (Madrid), se analizó la situación de la campaña a nivel nacional. Se estima que la superficie de cultivo de ajo en España ha disminuido un 8% respecto a la campaña anterior, acumulando un descenso del 23% en las últimas tres campañas. Andalucía ha sido la comunidad autónoma más afectada, con una reducción del 13,2% en la superficie sembrada.
Entre las causas principales de esta disminución se encuentran la falta de rentabilidad del cultivo, las dificultades para encontrar mano de obra, el aumento del coste del arrendamiento de tierras, las restricciones en el acceso al agua y la pérdida de herramientas para el control fitosanitario. Estos factores están afectando gravemente la competitividad del ajo español en los mercados.
El cultivo del ajo es fundamental para algunos municipios del sur de Córdoba, como Santaella y Montalbán, donde se generan importantes volúmenes de empleo. En esta zona se concentran cerca de una veintena de industrias relacionadas con el ajo, muchas de las cuales tienen su sede en Montalbán, reforzando la importancia económica y social de este cultivo en la provincia.
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