9 de junio de 2005.- La Conselleria de Agricultura suele tardar de media más de dos años, desde la solicitud hasta el ingreso en la cuenta del agricultor, en pagar las ayudas que concede para sustituir las plantaciones citrícolas afectadas por el virus de la tristeza, lo que provoca un enorme malestar entre los agricultores afectados que han trasladado sus quejas a La Unió.

La Unió dispone de expedientes de ayuda que se solicitaron desde diferentes comarcas de la Comunidad Valenciana el año 2003, que en noviembre de 2004 recibieron la resolución de concesión de ayuda y autorización de pago emitida, pero que sin embargo hasta la fecha los agricultores no han cobrado todavía su subvención.

La Unió señala que en la resolución de concesión de las ayudas que se envía a los agricultores solicitantes se indica que tienen una cofinanciación de un 60% procedente de los fondos europeos del FEOGA-ORIENTACIÓN, lo que da a entender que Conselleria de Agricultura únicamente aporta el otro 40% restante.

Las ayudas para la tristeza se dan desde 1998 para aquellos titulares de explotaciones citrícolas con portainjerto amargo que deciden sustituirlos por otros tolerantes al virus mediante el arranque del arbolado y nueva plantación o mediante doblado en la misma línea con plantones tolerantes.

El importe global máximo para 2005 es de 3,25 millones de euros, lo que da a entender que existe aún demanda para cambiar plantones de pie amargo por otros tolerantes. El plazo de solicitud va del 1 de noviembre al 31 de diciembre de cada año, antes del arranque o el doblado de la plantación a sustituir.

Joan Brusca, secretario general de La Unió-COAG, afirma que “la Conselleria de Agricultura facilita poco la labor de los agricultores para innovar y ser competitivos, tal y como de nuevo se demuestra con el retraso en las ayudas para renovar plantones afectados por el virus de la tristeza”,

Brusca señala que “los agricultores están hartos de que el retraso del pago de las ayudas sea un impedimento para mantenerse en la actividad porque se endeudan a costa de la falta de liquidez de la Conselleria de Agricultura. Lo que no se puede hacer es conceder ayudas a los agricultores, tener que hacer frente a unas inversiones y recibir el importe cuando están con el agua al cuello de deudas por culpa de la ineficacia de la Administración competente en materia agraria.”