Valencia, 3 de febrero de 2005. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) teme que la decisión del Gobierno de EE.UU. de subir los aranceles a las clementinas europeas, entre otros productos, a partir del 1 de marzo, la acaben pagando los citricultores.
La medida, de haberse aplicado en la campaña 2003-04, en la que España exportó al mercado norteamericano unas 70.000 toneladas, hubiera costado a la citricultura española 751.356,2 euros (unos 125 millones de pesetas).
Ante esta situación, AVA exige al Gobierno español que presione a Bruselas para impedir que se aplique finalmente dicha medida o que compense al sector citrícola por el perjuicio que le causará.
“Se trata de un grave inconveniente para la citricultura valenciana de cara al futuro, ya que dicho coste podría multiplicarse para la siguiente campaña, si se incrementasen las toneladas destinadas a dicho mercado o subiera la cotización del dólar”, apuntó el presidente de AVA, Cristóbal Aguado.
Por dicho motivo, la organización agraria muestra su preocupación de que los exportadores intenten recuperar dicho aumento de coste, presionando a la baja el precio a los agricultores.
“La nefasta campaña citrícola y la caída de rentabilidad continuada hacen inasumibles mayores recortes al sector productor”, advirtió Aguado.
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