La Ley de producción ecológica de Andalucía, aprobada el 26 de noviembre, incorpora medidas sobre mercados locales, comedores públicos y simplificación administrativa, pero COAG Andalucía considera que el texto no prioriza de forma clara al sector ecológico ni cuenta con un presupuesto propio definido.

COAG Andalucía ha analizado el texto definitivo de la Ley de Impulso y Promoción de la Producción Ecológica, aprobada el pasado 26 de noviembre, y ha concluido que la norma se queda por debajo de las expectativas del sector ecológico andaluz, según indica su Área de Ecológico. Andalucía es líder europeo en superficie ecológica, con más de 1,5 M ha, y la organización esperaba una “Ley de producción ecológica de Andalucía” más clara en sus prioridades.

Según COAG Andalucía, uno de los principales problemas es que la ley no diferencia de forma transparente entre producción ecológica y otras producciones con certificaciones, equiparando modelos que la organización considera muy distintos. Esta falta de distinción genera confusión, diluye el valor específico de la producción ecológica y deja sin aclarar cuál es la apuesta real de la Junta de Andalucía: si reforzar un sector ya estratégico y reconocido o repartir el foco con otros esquemas de certificación.

Mercado local, comedores públicos y órgano consultivo

Pese a estas críticas, COAG Andalucía valora que la norma recoja algunas de sus reivindicaciones históricas. Entre ellas, destaca el impulso de los mercados locales, la venta directa y la incorporación de alimentos ecológicos en comedores escolares y otros centros públicos. Para la organización, estas medidas favorecen la proximidad entre productores y consumidores y contribuyen a reforzar la cadena alimentaria.

En esta línea, la entidad confía en que la Ley de producción ecológica de Andalucía sirva para priorizar la producción ecológica local en la contratación pública, evitando recurrir a alimentos procedentes de terceros países que, según COAG Andalucía, no se ajustan a los estándares de calidad exigidos en la comunidad y ponen en riesgo el sistema productivo andaluz.

Otro aspecto que la organización considera positivo es el compromiso de la Junta de Andalucía con la simplificación administrativa. La ley menciona la necesidad de aplicar medidas en este ámbito para que el sector pueda responder con eficacia a problemas y desafíos, pero COAG Andalucía advierte de que el texto no concreta el procedimiento para llevarlas a cabo. La organización reclama que estas medidas se hagan efectivas lo antes posible y que se definan dentro de un marco de interlocución con las organizaciones agrarias, cuyas aportaciones considera esenciales para su puesta en práctica.

COAG Andalucía también resalta como avance el refuerzo del Consejo Andaluz de Producción Ecológica (CAPE) que contempla la ley. Este órgano se considera una herramienta fundamental para el sector y la organización insiste en la importancia de que sus convocatorias se celebren de forma regular y efectiva, ya que su buen funcionamiento se considera clave para el futuro de la producción ecológica en la comunidad.

Presupuesto incierto y prioridades del sector

A diferencia de otras leyes sectoriales, COAG Andalucía subraya que la nueva norma no cuenta aún con un presupuesto propio. La financiación se canaliza a través de fondos europeos, en un contexto en el que estos recursos están todavía en negociación dentro del marco de la nueva PAC. La organización advierte de que una ley sin dotación presupuestaria clara corre el riesgo de quedarse en una mera declaración de intenciones, sin garantías sobre el volumen de fondos disponibles ni sobre su continuidad en el tiempo.

Desde la organización agraria se considera que vincular la aplicación de la ley a la incertidumbre de las negociaciones europeas supone renunciar a una apuesta firme por el sector ecológico, y que este enfoque debería revisarse a medio plazo para dotar a la norma de mayor estabilidad y capacidad de mejora.

COAG Andalucía recuerda que la producción ecológica es para la comunidad tanto una marca de identidad como una oportunidad económica, y entiende que la ley llamada a apuntalar su futuro deja sensaciones encontradas. La organización reconoce los avances incorporados al texto, pero sostiene que la norma no prioriza de forma inequívoca la producción ecológica que ha permitido consolidar a Andalucía como referente europeo.

En su valoración final, COAG Andalucía considera que el paso dado con la aprobación de la ley es importante, pero entiende que la Junta de Andalucía no ha sido lo suficientemente ambiciosa. A su juicio, el sector necesitaba una apuesta más clara, que aportase más respuestas y menos interrogantes sobre el papel que la producción ecológica debe desempeñar en el modelo agrario andaluz.