La campaña de vacunación obligatoria contra la lengua azul en ganado ovino y vacuno en Cataluña ha generado una nueva petición de Unió de Pagesos, que pide al Departamento catalán de Agricultura que la inmunización pase a ser voluntaria y no impuesta por la Administración. Según la organización, la responsabilidad sobre los animales debería recaer en los propios ganaderos, tal y como sucede en otros territorios del Estado y de la Unión Europea.

La organización recuerda que los ganaderos son los primeros interesados ​​en proteger la salud de su ganado, por lo que deberían disponer tanto de la información como de las herramientas necesarias para decidir si es necesario vacunar. En esta línea, Unió de Pagesos considera que la decisión final sobre la aplicación de la vacuna debería corresponder a los veterinarios de las explotaciones, en lugar de dejarse exclusivamente en manos de la empresa subcontratada por el Departamento. Asimismo, en los casos en que no se considere recomendable vacunar, el sindicato defiende que los propios veterinarios puedan hacer constar su motivo en los registros oficiales.

Otra de las reivindicaciones expuestas es la necesidad de compensar a los ganaderos en caso de que los animales sufran efectos adversos derivados de la vacunación. Según denuncia Unió de Pagesos, aunque la Administración obliga a vacunar, no prevé ningún mecanismo de responsabilidad sobre los daños que se puedan derivar, dejando así a los productores en una situación de indefensión.

El sindicato también lamenta la falta de diálogo con el Departamento a la hora de establecer esta obligación y considera que la medida se ha adoptado de forma unilateral, en contradicción con el modelo de voluntariedad que predomina en otras comunidades autónomas y países de la UE. En este sentido, reclama una rectificación por parte del Govern para ajustarse a las prácticas habituales en el ámbito europeo.