Unión de Uniones de Castilla-La Mancha valora muy positivamente la Caravana de agricultores, con 50 tractores y al menos 300 vehículos, que transitó el martes por Toledo para reclamar un plan para el olivar afectado por el temporal Filomena y medidas para atajar los daños de la plaga de conejos en los cultivos. La organización considera que el Consejero Martínez Arroyo queda obligado ahora presentar propuestas para salvar estas situaciones y ha pedido mantener una reunión para abordarlas.

Unión de Uniones de Castilla-La Mancha agradece la participación de los cientos de agricultores que convocados ayer en Toledo acudieron con sus tractores, unos 50, y con más de 300 vehículos a la Caravana por la supervivencia del campo. “Queremos resaltar también la implicación de todas las cooperativas y asociaciones que secundaron el acto y que, desde el primer momento, fueron quienes lo impulsaron” apuntan desde la organización.

Tras el éxito de la jornada reivindicativa de ayer Unión de Uniones cree que el Consejero de Agricultura no puede dar la espalda a la situación trágica que viven miles de agricultores y tiene que sentarse a negociar una línea de apoyo para la recuperación del olivar similar a la que la organización está debatiendo en Cataluña. En esta Comunidad Autónoma se tienen prácticamente cerradas ayudas directas de mínimis moduladas en función del daño, del coste de las operaciones de restauración de la plantación, del tipo de plantación, de la pérdida de cosecha sufrida y de si se cuenta o no con seguro. “Ayer le hemos pedido una reunión tanto al Consejero de Agricultura como al Delegado del Gobierno, para tratar esto, así como un plan de viabilidad para las cooperativas que van a ver mermada la entrada de producción, una acción coordinada entre administraciones para atajar la plaga de conejos y otra fauna cinegética y una línea de seguro del olivar que realmente sea atractiva para el agricultor y funcione”, expresan desde la organización.

Unión de Uniones de Castilla-La Mancha recuerda que los mecanismos para instrumentar las ayuda existen, tanto desde la financiación con recursos propios a través del régimen de mínimis, que no necesitaría de autorización previa de Bruselas en forma de ayuda de Estado “y en la que podrían participar incluso los ayuntamientos”; como la medida para la reconstitución del potencial de producción agrícola dañado por desastres naturales y catástrofes en el marco del desarrollo rural para lo que Castilla-La Mancha debería tramitar una modificación de su PDR. “Si otras regiones pueden, la nuestra también, es una cuestión de tener voluntad política y arremangarse”, concluyen.