La Unión francesa de Productores de Patata (UNPT) ha denunciado las dificultades de los productores para trasladar sus costes adicionales al siguiente eslabón de la cadena, en sus contratos de cosecha de 2020. Estos costes adicionales son debidos a que se han retirado del mercado productos que se usaban en el cultivo, han aumentado las tasas medioambientales, se ha restringido las zonas donde se pueden aplicar fitosanitarios, se han prohibido moléculas fitosanitarias, han aumentado los costes del riego, entre otros.

Además, la prohibición del antigerminativo CPIC para la conservación de la patata desde julio pasado, conllevará un coste adicional de hasta 15 €/t sin contar la limpieza necesaria de las instalaciones, así como su mejora. 

Las primeras propuestas de contratos recibidas por los productores a principios de 2020 no han tenido en cuenta los aumentos masivos en los costos de producción, señala la UNPT