El sector remolachero europeo (CIBE), los fabricantes de azúcar europeos (CEFS) y los trabajadores de las fábricas azucareras (EFFAT) han dirigido una carta conjunta al presidente Juncker para transmitirle su preocupación sobre las negociaciones comerciales en curso, entre la UE y Mercosur.

Recuerdan que el sector remolachero-azucarero de la UE ha estado muy descuidado por la política comercial llevada a cabo en los últimos años y ha sido utilizado como una moneda de cambio en las negociaciones. En los últimos cinco años, el acceso bilateral al mercado azucarero de la UE casi se ha triplicado, ascendiendo actualmente a más de 700.000 toneladas. El acceso a través de las concesiones CXL también ha aumentado, llegando a casi 800,000 toneladas.

Estos acuerdos se consensuaron antes de tomar la decisión, en 2006, de abolir las cuotas de azúcar, lo que ha transformado a la UE, de importador neto a exportador neto. El sector ahora se enfrenta a una situación en la que el acceso a los mercados de terceros países supera ampliamente los requisitos del mercado. Estos requisitos, por cierto, caerán sustancialmente con Brexit.

Tras haber sufrido una drástica reestructuración, el sector actualmente está soportando un período de dificultades sin precedentes. Los precios del azúcar están muy por debajo del umbral de referencia de la UE y resultan insuficientes para cubrir los costes de, incluso,  los productores de la UE más eficientes. Además, las recientes decisiones de prohibir tres neonicotinoides en el cultivo de remolacha, dañará la competitividad del sector frente a terceros países y socavará las buenas prácticas medioambientales.

Las tres organizaciones CIBE, CEFS y EFFAT piden a la Comisión Europea, al Parlamento Europeo y a los Estados miembros que escuchen el sector remolachero-azucarero de la UE y defiendan sus  intereses frente a las demandas poco razonables de los países del Mercosur.