El Parlamento de Estonia ha dado luz verde a la introducción de una tasa a las bebidas azucaradas. Esta tasa entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2018 y se aplicará a los refrescos carbonatados y no carbonatados, así como a las bebidas lácteas endulzadas.

La tasa se aplicará tanto si las bebidas llevan azúcar añadido o edulcorantes artificiales. La cuantía de la tasa dependerá del contenido de azúcar de la bebida. Para la bebidas con un contenido en azúcar de 5-8 gr/100 ml, las tasa será de 20 céntimos/l y para las que tienen más de 8 gr/100 ml, será de 30 céntimos/l. A las bebidas con edulcorantes artificiales se les aplicará una tasa de 10 céntimos/l.

La Asociación de Industrias Alimentarias de Estonia, Eesti Toiduainetööstuse Liit, se ha opuesto radicalmente a esta medida, ya que defiende que las medidas fiscales solo tienen afán recaudatorio y no ayudan a reducir la obesidad como ya se ha demostrado en otros países que han introducido impuestos similares, dado que la obesidad es un problema multifactorial.