Según el Centro Mundial de Mejoramiento del Maíz y Trigo (CIMMYT) dentro de unos años más de la mitad de sus líneas procederán de trigos sintéticos. Investigadores de la Universidad de Texas buscan también la obtención de nuevas variedades de trigo más resistentes al estrés y a plagas y enfermedades, mediante el cruzamiento artificial con especies silvestres próximas o mediante trigos sintéticos.

El cruzamiento de especies como el trigo con especies silvestres emparentadas da como resultado normal plantas con anormalidades genéticas, de nulo valor agronómico y normalmente estériles. Haciendo mediante técnicas de laboratorio que estos híbrido recuperen la fertilidad y tras varias generaciones de cruzamientos con el trigo cultivado se pueden obtener plantas fértiles con valor agronómico y con las características de resistencia de la hierba silvestre.

Los denominados trigos sintéticos son cruzamientos entre el trigo tetraploide (el trigo duro que tiene cuatro juegos de cromosomas), con un trigo silvestre diploide, que da como resultado un trigo hexaploide, igual que los trigos blandos. Esta vía, que en cierta medida imita la evolución del trigo blando, es una forma más sencilla de cruzar una hierba silvestre con un trigo cultivado.

La gran ventaja de estos cruzamientos entre especies es que se maneja la variabilidad genética de las plantas salvajes, que normalmente es mucho mayor que la de las cultivadas, habiendo más características valiosas que seleccionar.

Todos estos procesos de modificación genética, en los que intervienen técnicas de laboratorio, pero no la ingeniería genética de cortar y pegar trozos de ADN, están considerados como convencionales, y las plantas así obtenidas no son por tanto OMG.