Según un informe del departamento británico de ayuda al desarrollo, la adopción por parte de los países más pobres de la moderna tecnología y en particular la biotecnología de uso agrario son claves para su despegue económico y la lucha contra la malnutrición y la pobreza.

El documento propone canalizar investigación sobre biotecnología agraria, incluyendo OMG, hacia los países africanos a través de la Fundación para la Tecnología Agraria, con sede en Kenia que tiene el patrocinio de los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, así como de la Fundación Rockefeller

Para la secretaria de ayuda al desarrollo, Hilary Benn, la adopción de la biotecnología debe ser una decisión individual de cada estado, pero el Reino Unido debe trabajar sobre bases científicas serias y promover las actuaciones con mayor potencial de suponer un impulso al desarrollo.

Algunas ONG de ayuda al desarrollo han acogido favorablemente este documento, mientras que se han mostrado en contra aquellas que se oponen sistemáticamente a la biotecnología.