En Francia, la mayor parte del cultivo de remolacha se realiza en secano, por lo que depende mucho de las lluvias y en los últimos meses, éstas han sido muy escasas. Los datos acumulados de pluviometría entre el 1 de marzo y el 19 de mayo son de 79 mm frente a los 142 mm de un año normal, con un mes de mayo especialmente seco.

Las temperaturas tampoco han ayudado. Han sido especialmente bajas, con una media de 9,6ºC del 1 al 19 de mayo frente a los 13ºC de media, en un mes normal.

La falta de agua y las reducidas temperaturas han provocado una gran heterogeneidad en el estado fenológico de las remolachas. Mientras que unas están en el estado de 12-14 hojas, otras semillas solo acaban de germinar, según publica Le Betteravier Françai.