La desvergüenza y la desfachatez de Lorenzo Ramos no tienen parangón en lo que llevamos vivido de sindicalismo agrario en nuestra región desde que se crearan las Organizaciones Agrarias profesionales que dan cobertura sindical a los trabajadores del campo extremeño.

Tras las últimas declaraciones realizadas en los distintos medios de comunicación por parte del Secretario General de UPA-UCE en Extremadura, Lorenzo Ramos, en las que imputa a las Organizaciones Agrarias ASAJA, COAG Y APAG, con relación a la manifestación organizada unilateralmente por UPA-UCE – sin contar con los demás firmantes del acuerdo del día 11 en el que se llega a una unidad de acción -, el pasado día 30 de diciembre, en la que nos acusa de ser voceros del P.P. y de intentar reventar la tractorada, nos vemos obligados estas tres organizaciones abajo firmantes, a descalificar rotundamente, las estimaciones vertidas por quien se dice líder de una organización sindical agraria, ya que con su actitud, él sí ha demostrado deberse por entero a las directrices que marca un partido político que todo lo maneja en Extremadura como es el PSOE, y en su rama agrícola con la connivencia de la UPA-UCE.

Del mismo modo, mostramos nuestra más determinada recriminación hacia quien dice enarbolar la bandera reivindicativa en cualquier materia de la agricultura y la ganadería en Extremadura, cuando nada está más lejos de la realidad, ya que la labor ¿sindical? ejercida y ejercitada por la UPA-UCE se ha convertido en un trabajo político, sectario y partidista en el sector primario al servicio de los intereses de Ibarra en exclusiva.

Por otro lado, manifestar también y recordar a los ciudadanos, que el uso torticero y mentiroso que Lorenzo Ramos hace de los acuerdos, queda evidenciado al silenciar en sus acusaciones, a UNEXCA, órgano que del mismo modo que COAG, ASAJA Y APAG, firmó la unidad de acción para este asunto particular de la regionalización a la hora de reivindicar ante las administraciones que fueran pertinentes.

También queda demostrado una vez más, que el engaño y la mentira, instigados por quienes dicen defender al campo y no a los agricultores, son los argumentos esgrimidos y coreados a los cuatro vientos por quien está en la obediencia debida y demuestra con estos comportamientos tomar a los agricultores y ganaderos por tontos que no sabemos por donde vamos y lo que de nosotros quieren valerse.