Madrid, 28 de enero´05. La península ha registrado las temperaturas más bajas de los últimos 20 años, pero el arco mediterráneo ha llegado a sufrir caídas de temperatura que en algunos puntos ni siquiera se recordaban, con nieves y temperaturas bajo cero a nivel del mar, unos guarismos que se hacían aún más extremos conforme se incrementaban las cotas de altura; las consecuencias agrarias son difíciles de describir, pero la desolación es la nota dominante entre los profesionales agrarios que se acostaron temerosos y se han levantado arruinados.

El balance provisional resulta desolador para todas aquellas comarcas del arco mediterráneo cuya agricultura se apoya en cultivos que en ningún caso toleran temperaturas tan extremas; el 90 por ciento de la hortaliza de invierno se ha perdido desde la costa de Barcelona hasta Granada: Lechuga, Alcachofa, bróculi, tomate y patata extratemprana son los cultivos más afectados. La fruta extratemprana, la que mejor precio alcanza en el mercado, también ha sido arrasada por el frío porque ya habían brotado las yemas; esta fruta supone en estas comarcas el 20 por ciento de la cosecha final de fruta de hueso, es la que abre mercado y la que mejor se comercializa. Los almendros también se han visto más afectados y los cítricos podrían estar también severamente afectados, aunque para evaluar los daños habrá que esperar algunas jornadas más.

60.000 agricultores del arco mediterráneo han visto como en unas horas se cerraba su temporada de manera desastrosa; las pérdidas económicas son muy difíciles de cuantificar, pero alcanzaran dimensiones históricas; también se han destruido con las heladas cerca de 100.000 puestos de trabajo directos e indirectos.

Los mercados acusarán la merma de la oferta en los próximos días, lo que podría traducirse en un aumento de precios; algo que preocupa también al sector porque erróneamente se les considera responsables de los elevados precios que alcanzan sus productos cuando llegan al consumidor. COAG pide contención en precios, el ciudadano llega a pagar hasta un 600 por ciento más de lo que recibió el agricultor por esa misma mercancía, por lo que, a pesar de la caída de la oferta, los precios no deberían dispararse de manera desproporcionada.

Otras zonas de nuestra geografía seriamente afectadas han sido Aragón, con daños graves en hortaliza, Córdoba y Cádiz con pérdidas de hasta un 100 por ciento en la zona de Sanlúcar y un 70 en Chipiona, todo en hortaliza.