El lunes 9 de abril de 2006 se presentó en Barcial del Barco (Zamora) el proyecto de una nueva planta de producción de bioetanol. La presentación tuvo lugar sobre los propios terrenos donde comenzarán en breve la obras de construcción.

El acto contó con la asistencia de Ignacio Galán Presidente de Iberdrola y principal accionista de Ecobarcial, sociedad que se encargará de la gestión de la planta y del Presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien puso de manifiesto el apoyo que la Junta a este tipo de proyectos. Además destacó la participación de las cooperativas agrarias, especialmente el de la cooperativa Tera – Esla – Órbigo (TEO), con una aportación del 7% del capital y el compromiso de suministrar todo el cereal que se empleará como materia prima para la producción del bioetanol.

Esta iniciativa empresarial dinamizará la economía de la zona, creará empleo y ayudará a fijar la población en el medio rural, al mismo tiempo que garantiza una salida al cereal producido en Castilla y León y, particularmente, en la comarca de Benavente.

La planta está diseñada para una producción máxima de 148.000 metros cúbicos de bioetanol al año para lo que serán necesarias algo más de 400.000 toneladas de cereal. La inversión asciende a 108 millones de euros y supondrá la creación de 54 empleos fijos. La planta generará como subproducto 160.000 toneladas de DDGS con destino a la alimentación animal, de cuya venta se ocupará también la cooperativa TEO.

La puesta en funcionamiento de esta fábrica, prevista para finales del próximo año, colocará a Castilla y León a la cabeza de la producción de biocombustibles, con el 60% de la producción nacional.

Por último, Juan Vicente Herrera manifestó su deseo de que los biocombustibles se conviertan en una alternativa real a los combustibles de origen fósil: gasolinas y gasóleos. Recordó que el 90% del bioetanol que se produce en España se destina a la exportación, por lo que reclamó del Gobierno de la Nación una regulación urgente del sector y, en particular, medidas legislativas que favorezcan la demanda de estos biocombustibles como es la obligación de mezclarlos con los combustibles tradicionales, medidas que ya se han puesto en marcha en Reino Unido, Francia o Alemania. Sólo con actuaciones de este tipo puede asegurarse la presencia de estos productos en las gasolineras, al mismo tiempo que se garantiza la rentabilidad de las inversiones llevadas a cabo, se asegura su continuidad en el tiempo y se da estabilidad a los productores de las materias primas.