El consumo de pescado está especialmente recomendado para las personas que consumen habitualmente alcohol, debido a que estas personas padecen normalmente un déficit de ácidos grasos esenciales del tipo n-3, que se encuentran especialmente en el pescado, y sobre todo en el pescado graso (azul).

Los ácidos grasos esenciales n-3 principales son los de tipo omega-3 ácido linoleico (ALA) y son de los que normalmente existe más carencia en la dieta, con independencia de que se consuma o no alcohol.

Según un estudio realizado en EEUU sobre 4.168 adultos la eventual carencia de ácidos grasos n-3 es más acentuada en las personas del género masculino que consumen alcohol, especialmente los que tienen episodios regulares de un consumo elevado (binge-drinking), por lo que para estas personas es aun más recomendable el consumo de alimentos, como el pescado azul, ricos en los mismos.