Según un estudio de la Universidad de la Universidad Purdue (EEUU), la resistencia al herbicida glifosato por parte de las malas hierbas se está desarrollando rápidamente en Estados Unidos y es solo cuestión de poco tiempo que suceda una gran pérdida de la efectividad de la tecnología de tolerancia a este herbicida que se utiliza hasta ahora, en la cual se basa la mayor parte de la producción de soja, y también, aunque en mucha menor medida, una parte de la de otros cultivos, como algodón y maíz.

La aparición de resistencias en las malas hierbas nada tiene que ver con la característica de ser OMG de ésta concreta, sino con la gran efectividad de la misma y su amplia difusión, lo que ha permitido reaccionar a las especies silvestres.

La lucha contra esta situación pasa por la disponibilidad de nuevas variedades con otros tipos de resistencia a éste y a otros herbicidas, muchas de las cuales solo están pendientes de su aprobación para su lanzamiento comercial inminente para las próximas campañas.