La empresa australiana Steggles, que produce carne de pollo, ha lanzando un campaña de anuncios en TV para acabar con ciertos mitos relacionados con esta carne. En un sondeo previo que realizó la empresa, se constató que el 75% de los australianos creen que la carne de pollo producida localmente, contiene hormonas y esteroides para favorecer su crecimiento.
El gobierno australiano prohibió hace más de 50 años la adición de estos productos en la dieta de las aves y según Steggles, todos los grandes productores de pollo de Australia cumplen la normativa a rajatabla.
La campaña, con el título “Sin hormonas añadidas” aclara que a los pollos no se les dan hormonas y que si son ahora más grandes que hace 30 años se debe a la selección y a la mejor alimentación.
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