Los Estados miembro continúan trabajando con la Comisión en la propuesta que ésta presentó para la suspensión temporal del uso de neonicotinoides. Al parecer, se estaría intentando introducir modificaciones en el texto que la Comisión presentó el mes pasado y que se debatió en la reunión del Comité Permanente del pasado día 25 de febrero.

Según parece, una de las posibles modificaciones introducidas sería la de excluir de la propuesta las producción de semillas en invernaderos. Recordemos que dicha propuesta, de acuerdo con el último borrador presentado por la Comisión, supondría que a partir del próximo 1 de julio se suspendería el uso de las sustancias activas clotiadinin, thiametoxan y imidacloprid para tratamientos de semillas, tratamientos de suelos y aplicaciones foliares para un listado muy amplio de cultivos, entre los cuales se encuentran alfalfa, frutales, platanera, aguacate, amplio grupo de hortícolas, leguminosas, cítricos, maíz, olivo, tabaco, viña…, todos ellos, cultivos de gran importancia en el sur de Europa.

En la reunión del Comité Permanente de la Cadena Alimentaria de los próximos 14 y 15 de marzo se va a discutir y votar la propuesta.

En muchos países, hay gran preocupación por la repercusión que podría tener esta propuesta para los cultivos afectados por la misma. En España, los mayores problemas se podrían producir fundamentalmente con el pulgón, así como también con la mosca blanca en hortícolas, el minador en cítricos y la psila en frutales.

Alemania, Reino Unido, España y Hungría apoyan fundamentalmente que se trabaje en la mitigación de riesgos, como por ejemplo, con el uso de deflectores de polvo, utilización de coadyuvantes más eficientes para el caso de las semillas, difundir mejor las instrucciones de utilización de los productos, mejorar la formación de los aplicadores, evitar tratamientos en momentos de floración, etc…entre otras medidas.

La decisión de países como Francia o Italia, donde hasta el momento no parecen quererse posicionar con respecto a las aplicaciones foliares será clave para el futuro de estas moléculas.