La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha apoyado una propuesta para reducir el uso de biocombustibles de primera generación (obtenidos a partir de cultivos alimentarios) en el transporte. Según la normativa actual, en 2020, un 10%, como mínimo, de la energía usada en el transporte tiene que proceder de fuentes renovables. Según la propuesta de los europarlamentarios, solo un máximo de un 6% tiene que proceder de biocombustibles de primera generación para evitar que este uso compita con el de la alimentación y dispare el precio de las materias primas.

También han propuesto que un mínimo de un 1,25% de los combustibles tiene que proceder de algas y subproductos.

La propuesta ha sido aprobada en la Comisión de Medio Ambiente con 39 votos a favor y 26 en contra y 4 abstenciones.