A priori, sabes que una DANA es un fenómeno que va a provocar problemas. Desconoces exactamente cuántos litros van a caer por metro cuadrado, o qué zonas concretas van a ser las más castigadas. Pero esta parte del Mediterráneo es propensa a estos temporales, han ocurrido siempre y lo más seguro es que vuelvan a suceder.
Cuando la riada de 1957 los valencianos aprendimos que había que evitar que la lluvia volviera a arrasar la ciudad y se hizo un cauce nuevo del río Turia. Pero en los últimos años los gobernantes parecían haber olvidado la lección y no hicieron prácticamente nada a pesar de las advertencias que veníamos diciendo desde AVA-ASAJA. Esta DANA ha puesto de relieve que necesitamos más infraestructuras de almacenamiento, retención y conducción de agua que hubieran minimizado el impacto. ¿Cuánto tiempo llevamos hablando de construir una presa en Vilamarxant, una presa en Cheste o una conexión de los distintos ríos y barrancos? Fijaos en el papel que hizo la presa de Forata: ¿si no llega a estar, qué más hubiera pasado?
También hemos estado insistiendo en la necesidad de limpiar los cauces y barrancos. Porque si no se hace, e incluso si se multa a los agricultores y vecinos que quieren dar un uso a las cañas como hacían toda la vida, las aguas torrenciales, repletas de material vegetal, rompen puentes y todo a su paso. ¿Que hay zonas inundables donde no debería haberse construido? En esos casos, ahora ya está edificado y lo único que podemos hacer es protegerlo de futuras inundaciones.
En efecto, lo primero es ayudar a todos los damnificados, y lo segundo, decidir cómo evitamos que esta catástrofe vuelva a suceder. En este sentido, entendemos que todas estas infraestructuras a las que aludía no se han hecho básicamente por ideología. Un absurdo pseudoecologismo radical ha impedido que se hiciera lo que el sentido común y la ciencia apremian. Despegar los pies de la tierra y escribir en el aire, pensar que se debe dejar todo natural y aprobar leyes de la huerta sin tener en cuenta a las personas que hacen posible esa huerta, o leyes de restauración de la naturaleza que destruyen la agricultura, ese ecologismo radical, como hemos visto, mata.
Estamos hartos de que las riadas una y otra vez castiguen al sector agrario. Estamos cansados de replantar árboles de nuestro bolsillo, de rehacer caminos, reactivar pozos de riego, recolocar vallas y recomprar maquinaria. Por favor, una vez apoyemos rápidamente a todos los afectados en todos los niveles, no perdamos ni un minuto en anteponer la ciencia a la filosofía, en buscar expertos que alcancen un plan de futuro consensuado de todos los partidos políticos y en poner en marcha una nueva política hidrológica para evitar que otra DANA cause tantos daños y mate. Y si de paso nos permite almacenar más agua en tiempos de sequía, pues mejor.
Todos estamos de acuerdo. Hay que evitar construir más en zonas inundables, ordenar mejor el territorio, pero proteger las infraestructuras y las viviendas también des de las cabeceras de los rios, atenuando los caudales, laminando las avenidas, con restauración hidrológica forestal y a su vez con un manejo inteligente del agua y de los sedimentos, con más presas seguras, bien diseñadas y ubicadas y a su vez interconectadas, es del todo necesario, para controlar la torrencialidad en nuestro territorio mediterráneo, evitar la erosión, y salvar vidas en el futuro previniendo a su vez las sequías; la directiva UE sobre el agua debería ser reinterpretada en el àmbito mediterráneo, y no fiarlo todo a las consecuencias de un ciclo climático diferente. No me cabe duda alguna que los valencianos exigiran soluciones de futuro sin comprometer los valores ambientales pero con proyectos sólidos.
A prevenção é o mais importante, as barragens sempre foram nessessarias para regular os rios e ribeiros , para regas e reservas para anos de seca e para os próprios animas selvagens e caça,,pesca e Clima bio devercidade