A dos semanas para la entrada en vigor de la nueva PAC 2023-2027, los cambios que generará esta nueva reforma son aún causa de incertidumbre entre los agricultores y ganaderos. Los eco regímenes, una de las principales novedades de la nueva PAC tendrá gran repercusión en el cultivo del olivar, un cultivo que supera en Andalucía los 1,6 millones de hectáreas, de las que 700.000 pueden llegar a perder más del 25% de sus actuales ayudas, según ASAJA Sevilla.
Uno de los grandes desafíos que encontrará el olivarero será cumplir con las nuevas obligaciones y los numerosos requisitos que se le exigirán y que Armando Martínez, Coordinador de Agricultura y Alimentación de la Junta de Andalucía, simbolizó como “tres puertas que tendrá que atravesar”, siendo estas cada vez más estrechas. La primera puerta serán los requisitos obligatorios que exige la normativa medioambiental o la seguridad alimentaria (inscripción en el registro de explotaciones, uso de fitosanitarios autorizados, uso del agua o de los fertilizantes, normativa laboral, fiscal…), a los que se sumarán el año que viene otros nuevos como el cuaderno electrónico de explotación, el proyecto de RD de nutrición sostenible de suelos, el proyecto de RD para el uso sostenible de fitosanitarios o la nueva Ley de Residuos (prohibición de quemas de residuos agrícolas). La segunda puerta serán los requisitos comunes destinados a conseguir ayudas, que también incorporarán muchas novedades (agricultor activo, condicionalidad reforzada y la condicionalidad social), y por último los requisitos para conseguir las ayudas específicas.
Con la nueva PAC entrarán en vigor los eco regímenes destinados a la implantación de cubiertas vegetales vivas e inertes. Por ello, aunque actualmente de las 2.772.445 hectáreas de olivar que hay en España, sólo un tercio (un 29%, 790.000 ha) cuenta con cubiertas vegetales -de las que sólo un 0,3% (9.031 ha) son sembradas-, se espera en 2023 un salto exponencial en la superficie de olivar y otros cultivos leñosos que hagan un manejo de suelo basado en la implantación de dichas cubiertas, ya que permiten mejorar la calidad del suelo y optimizar los rendimientos de los cultivos, y en el caso de los cultivos leñosos, facilitan el secuestro de carbono y evitan la erosión, problema éste último muy grave en el Sur de Europa y especialmente en España, donde se pierden de media anualmente 30 Tn/ha de suelo agrícola.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.