La empresa de distribución Lidl anunció en diciembre, en Alemania, que iba a subir los precios al consumo de diez productos porcinos, lo que supondría un incremento al consumidor equivalente de 1 €/kg de cerdo. El objetivo era que estos ingresos adicionales llegasen, al 100%, directamente al ganadero.
Un mes y medio después, la cadena de distribución anuncia que se suspende la medida, debido a que las otras cadenas no han seguido la misma tendencia. Según la empresa, no pueden seguir teniendo precios más altos que la competencia porque están perdiendo cuota de mercado.
Para los ganaderos alemanes de porcino, la medida de Lidl no solo ha sido una solución breve sino además, falsa, ya que según la sectorial alemana de porcino, no se ha repercutido al ganadero la totalidad del incremento de precio que se ha hecho pagar al consumidor.
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