El ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguró ayer en la sesión de control al Gobierno en el Senado que el incremento del IVA en las bebidas azucaradas va a tener una repercusión muy limitada en el sector azucarero y, en concreto, en el sector productor remolachero español.
España produce medio millón de toneladas de azúcar, importa 1,2 millones de toneladas, y de esa cantidad global (1,7 millones de toneladas) solo una pequeña cantidad (de un 0,2 a un 0,4 por ciento) va destinada a las bebidas azucaradas, es decir, apenas un volumen de entre 2.600 y 5.400 toneladas.

Por lo tanto, el ministro entiende que no existe ninguna correlación entre los cambios en el consumo de bebidas azucaradas y la evolución del precio de la remolacha.
Asimismo, ha asegurado que va a proponer la continuidad de las ayudas acopladas al sector de la remolacha en la próxima Política Agraria Común (PAC). El ministro espera contar con la colaboración de las comunidades autónomas para aplicar esta medida, como una muestra de apoyo a los agricultores y a las industrias de transformación que tenemos en nuestro país.
No deja de ser sorprendente la actitud del Consejero de Agricultura de Castilla y León. La repercusión del aumento del iva en el azúcar sobre el precio de la remolacha es insignificante, no llega ni al 0,1%. Sin embargo, la bajada de precio de la remolacha por parte de Azucarera es del 20% en la campaña presente y la anterior. Y con ello no quiero decir que esté a favor del aumento del inva enel azúcar.
Más hubiera valido que el señor Consejero hubiera gastado un 5% de la energía que está gastando ahora en dar caña a Azucarera Iberia (los británicos). Sin embargo, ni se le vio ni se le espera.
Llamemos a las cosas por su nombre, digamos la verdad.
El Consejero hace politiqueo barato.