Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, ha sido, durante meses, la principal demandante de la aplicación del artículo 167 en el sector del aceite de oliva, como método de autorregulación obligatoria aplicable al conjunto del sector, a fin de acomodar la oferta a la demanda y, con ello, evitar los precios por debajo de rentabilidad que sufre en las dos últimas campañas.
Sin embargo, rechazan la propuesta del Ministerio de Agricultura en este sentido, que están recogidas en un proyecto de Real Decreto, actualmente en consulta pública. En opinión de la federación, lo que propone el MAPA es regular la producción más que el mercado. Además, establece para la aplicación obligatoria de la retirada de aceite unos umbrales irreales de producción y disponibilidades. Tanto es así que la medida, a pesar de no contar con financiación alguna, ni nacional ni comunitaria, no podría haberse aplicado en la campaña 2019-2020 en la que, por el contrario, la Comisión Europea sí ha permitido la activación del almacenamiento privado subvencionado por perturbación del mercado.
Según lo recogido en el texto del MAPA, para que en la próxima campaña 2020-2021 pudiera aplicarse la retirada obligatoria, el aforo oficial debería superar 1,65 millones de toneladas de aceite de oliva, una cifra que dista mucho de producción prevista y de los valores medios (en torno a 1,30 millones de toneladas), por lo que la norma nace ya muerta, perjudicando aún más al sector, víctima de la paradoja.
Otros aspecto, que no sintoniza con la propuesta de Cooperativas Agro-alimentarias, es que el Ministerio decidiría en qué región o regiones de producción se aplicaría, así como a qué olivicultores y operadores, por lo que no se trataría de una medida obligatoria para el conjunto del sector, de modo que se producirían agravios comparativos entre unos y otros.

Igualmente, la federación se opone a regular los rendimientos de extracción de aceite y por hectárea, contrarios a los principios empresariales, tanto de productores como de cooperativas, unas medidas que serían difíciles de controlar pudiendo generar un mercado paralelo. Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, defiende que, si lo que se pretende es apoyar el liderazgo del sector oleícola en el mundo, la receta de competitividad pasa por invertir en promoción y en comercialización, promover la concentración de la oferta, solucionar problemas como el de los aranceles de Estados Unidos (donde se venían comercializando más de 115.000 toneladas y donde el aceite español está siendo rotundamente desplazado), y seguir abriendo y afianzando mercados.
El problema del sector es la exportación. En 2018 se exportó aceite por valor de 3.295,27 M€ al precio de 3,37 €/kg. Este precio se vera reducido por la competencia en el mercado mundial de las producciones superintensivas, incluida la española. El olivar español de secano sólo sobrevivirá con las ayudas necesarias.