En estos momentos se está terminando la recolección de la patata fresca en Andalucía y está comenzando en Extremadura. Este va a ser un año nefasto para los productores de patata, ya que debido a las lluvias persistentes de mayo, los costes se han disparado por los continuos tratamientos fitosanitarios para controlar los ataques de mildiu, un hongo parasitario que se reproduce cuando las condiciones climatológicas le son propicias como las de este año.

La Unión de Extremadura denuncia que los compradores (intermediarios) de patata fresca están ofreciendo a los productores un precio de apenas los 0,13 €/kg, precio que ni cubre el 50% de los costes de producción. Por tanto, un precio que no cumple la nueva normativa aprobada por el Ministerio de Agricultura sobre costes de producción.

Al mismo tiempo, se está vendiendo a 1,40 €/kg patatas viejas francesas en las grandes cadenas de distribución, como puede verse en la foto adjunta.

La Unión Extremadura va a presentar una denuncia ante el AICA para que se investigue si realmente se están realizando los preceptivos contratos de compraventa de este producto, y si en los  mismos se está respetando el poner como mínimo un precio que cubra los costes de producción.

Patata en Francia

Mientras que patateros extremeños denuncian los precios que perciben y los precios a los que se puede encontrar la patata francesa en los lineales españoles, al otro lado de los Pirineos, los patateros franceses también se quejan. Sus quejan van dirigidas contra los comerciantes que han optado por no cumplir sus contratos y no comprar la patata, que al final han tenido que destinar a la alimentación animal. En el Facebook de Daniel Platel, consejero de la Cámara Agraria de la Somme denunciaba que antes de la crisis, percibían 0,15 €/kg de patata (precio similar al extremeño) mientras que ahora las tienen que vender entre 0 y 0,015 €/kg para destinarlas a alimentación de las vacas.