El Diario Oficial de Galicia publicó el jueves la resolución por la que dos parroquias de los ayuntamientos coruñeses de A Laracha (Lendo y Caión) y de Carballo (Noicela) pasan a formar parte de la zonas declaradas como plagadas por la polilla de la patata. Esta decisión se tomó por parte de la Xunta tras detectar casos de tubérculos afectados en almacenes de autoconsumo en estas tres parroquias, que ya fueron destruidos. Así, las mencionadas parroquias pasan a tener todas las medidas de control aplicadas en el resto de municipios demarcados, como la prohibición de plantar patatas y su movimiento.
Además, la Consellería de Medio Rural y estos dos ayuntamientos organizarán encuentros para informar a los vecinos afectados de las medidas a llevar a cabo para combatir este organismo de cuarentena. Precisamente hoy el director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, José Balseiros, se reunió con los alcaldes de estos dos ayuntamientos afectados y con los regidores de los municipios próximos. El objetivo de estos encuentros fue el de abordar la situación, coordinar actuaciones y concretar las charlas con los vecinos para explicarles lo que tienen que hacer al respecto.
Conforme a la normativa vigente, en las tres parroquias afectadas de A Laracha y Carballo solo se podrá adquirir para consumo propio tubérculo de fuera de esa zona embolsado y etiquetado preparado para el consumidor final, precisamente porque el movimiento de patata a granel estará prohibido, igual que en el resto de ayuntamientos demarcados.
A mayores, para que el insecto no se extienda, se establecen mediante esta resolución zonas tampón en las parroquias limítrofes a las afectadas. En ellas se tomarán medidas específicas, como que los agricultores deberán comunicar, inmediatamente después de la siembra, todas las parcelas cultivadas con patata, según el modelo establecido para ese fin.
Para la producción de patata en estas zonas calificadas como tampón, será preciso aplicar las medidas establecidas en el Real decreto 197/2017 publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tales como un tratamiento fitosanitario durante la fase de tuberculinización y antes de la cosecha. Las patatas recogidas no se podrán dedicar a semilla mientras la plaga no se dé por erradicada. Asimismo, su movimiento se realizará siempre en vehículos cerrados o cubiertos con una malla. En el caso de los comercializadores, para su producción se aplicarán otras medidas a mayores, recogidas también en la misma normativa, entre las que se encuentran la instalación de mallas tupidas y de trampas de captura de tecia en los almacenes, así como la necesidad de mover las patatas con su correspondiente pasaporte sanitario.
Por su parte, la Consellería de Medio Rural establecerá las medidas necesarias para evitar la propagación de este organismo a otras zonas productoras, reforzando la red sistemática de puntos de trampeo existente para evitar su propagación a las parroquias colindantes. Este plan de actuación tendrá en cuenta a biología de la polilla guatemalteca, el nivel de infestación de los almacenes en la zona, la distribución del cultivo de patata, la capacidad del organismo para propagarse de forma natural, el número de capturas registrado y los vientos dominantes, entre otros factores.

En este caso, la red de trampeo con feromona específica se dispondrá en el interior de los ayuntamientos afectados con el objetivo de la captura. Esta es la forma de actuar en las zonas demarcadas hasta ahora, en las que se está consiguiendo limitar su expansión a tenor de la gran merma de capturas inscritas.
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