Ayer, en el marco del G-8 se lanzó oficialmente el inicio de las negociaciones para el Acuerdo Comercial entre EEUU y la UE. La semana pasada, los Ministros de Comercio ya dieron luz verde para que la Comisión pudiera iniciar las negociaciones. Se espera que la primera ronda se produzca en julio, en Washington. El objetivo es que se pudiera llegar a un consenso en las negociaciones antes de octubre de 2014, es decir, antes de que se renueve la actual Comisión.

Francia, antes de empezar las negociaciones ya se ha apuntado un tanto. La normativa francesa establece que un mínimo de la programación televisiva tiene que ser de producción nacional. Por este motivo, Francia es uno de los países de la UE que menos programación de EEUU importa .El gobierno francés pensaba que si los aranceles en este sector se estandarizaban iría en perjuicio de Francia. Por este motivo, ha presionado para sacar el sector audiovisual de las negociaciones.

Después de que conseguirlo, lo que se ha justificado como excepción cultural y que se ha entendido como un gran éxito francés, el Primer Ministro de Francia, Jean-Marc Ayrault, ha tratado de calmar a su sector agrario, que teme ser usado de moneda de cambio.
Ha dicho en una conferencia de prensa que Francia va a estar muy vigilante para que los intereses franceses en el plan agrícola y agroalimentario sean preservados. El Ministro francés de Agricultura, Stephan Le Foll ha hablado de líneas rojas agrarias, las cuales no van a dejar que se rebasen. Dentro de estas líneas rojas ha mencionado los OMG, el clonaje animal, la descontaminación química de las canales y los promotores de crecimiento.

El sector ganadero de la UE es uno de los más preocupado ante el acuerdo, pues teme una entrada masiva de carne más barata debido a que sus costes de producción son más baratos como consecuencia de una legislación muchos más flexible que la comunitaria en temas tales como bienestar, alimentación, sanidad, medioambiente, seguridad alimentaria.