Un total de 61 novillas de la Raza bovina autóctona Parda de Montaña aparecieron despeñadas el pasado sábado en un barranco de Aragües del Puerto (Huesca), en lo que se considera el mayor desastre ganadero en el Pirineo aragonés.
Con certeza aún no se saben las causas que hayan podido producir este trágico suceso. Pero tanto desde la Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña, como por parte de los criadores afectados, todas las sospechas apuntan al oso “porque ésta es una zona de paso del oso y su presencia ha podido producir una estampida”, apunta José Manuel Macarulla, director ejecutivo de la mencionada Asociación.

Macarulla basa sus afirmaciones que “hacer caer a 61 animales grandes por esa pendiente ha tenido que ser provocada por el oso porque ni 20 personas son capaces de mover a esos animales”.

Según datos de la Asociación, en ese momento se encontraban en el monte 73 ejemplares, de los que murieron despeñados los 61 mencionados. El resto han quedado vivos, pero muy afectados y algunos de ellos con golpes importantes en las patas.

Las pérdidas que se han producido, tanto económicas como genéticas, han sido enormes. A falta de hacer una valoración más exacta, porque no todos los ejemplares tienen el mismo valor, las pérdidas económicas pueden estar en torno a los 120.000 euros. A nivel genético, se ha destruido un trabajo de dos años.

Desde la Asociación de Criadores de la Raza bovina Parda de Montaña se está a la espera de la decisión que tome ahora la Delegación del Gobierno, en Aragón. El Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón tuvo constancia de los hechos de forma inmediata y, de hecho, el domingo por la mañana agentes de este Departamento que llevan el control del oso estuvieron en la zona para hacer el informe correspondiente.