Los Ministros de Agricultura de la UE, en su gran mayoría, coinciden en que el principal objetivo de la agricultura es producir alimentos, por lo que cualquier política agraria dirigida a la biomasa no debería ir en detrimento de este fin. Por tanto, debería centrarse en un mejor uso de los subproductos agrarios y residuos de la industria agroalimentaria. Esta una de la conclusiones del debate que se mantuvo ayer en la reunión del Consejo en relación a como la agricultura debería contribuir a los objetivos de la Estrategia 2020 en relación con el cambio climático.

Asimismo, una gran mayoría de delegaciones no se mostraron favorables a que se obtengan grandes cantidades de biomasa con fines energéticos de lugares que se encuentren muy distantes, por ejemplo, mediante importaciones de terceros países. Por tanto, debe de tratarse de biomasa producida localmente.

En relación con la implementación de nuevas medidas para incentivar a los productores, hubo dos opiniones enfrentadas. Unas delegaciones consideraban que el segundo pilar de la PAC ya proporciona medidas para incluir los objetivos climáticos en la agricultura y que por tanto, habría que implementar estas medidas antes de proponer unas nuevas. Por el contrario, otras delegaciones eran de la opinión de que nuevos incentivos ayudarían a los productores a invertir en el uso energético de la biomasa de origen agrario.

El debate mantenido ayer en el Consejo se basaba en las conclusiones de la conferencia que se celebró en julio pasado en Sopot, sobre le uso energético de la biomasa de origen agrario como un importante elemento de la PAC.