El BOA del día 29 de junio publicó el Decreto 138/2011, del Gobierno de Aragón, por el que se crea el Libro Genealógico de la Raza Ovina Xisqueta y se reconoce la asociación gestora del mismo.
Este Decreto supone el reconocimiento que Aragón debía a esta Raza Ovina que, propia de la Comarca de La Ribagorza y presente también en otras comarcas oscenses como El Sobrarbe, Los Monegros o la Hoya de Huesca, ha permanecido durante décadas relegada a un segundo plano en el panorama ovino aragonés, a la par que el respaldo que se merecían sus criadores, que han sabido conservar este retazo de nuestro patrimonio genético y cultural y que han mantenido con orgullo la tradición ganadera y el tejido social y productivo de sus pueblos y comarcas.
Desde 2006, la Asociación de Criadores de Ovino de Raza Xisqueta (ARACOXI) trabaja por la conservación, promoción y mejora de esta raza, que ofrece un gran potencial productivo. En la actualidad agrupa a más de 30 ganaderos de Montanuy, Bonansa, Isábena, Graus, Campo, Valle de Lierp, Laspaules, Puente Montañana, Seira, Castigaleu, Monesma y Cajigar, La Fueva, Sariñena, Casbas de Huesca,… con un censo cercano a las 20.000 cabezas de raza pura.
Esta publicación es el fruto de varios años de trabajo, desde que en 2007, ARACOXI presentó ante el Gobierno de Aragón la primera propuesta de Prototipo Racial y de Libro Genealógico de la raza Xisqueta, que carecía de amparo oficial en Aragón, aunque de “facto” siempre ha recibido apoyo.
El Libro Genealógico es, en resumen, un registro donde incorporar todos los datos de los rebaños inscritos en el mismo y controlados por la Asociación de Criadores, tanto de carácter genealógico (filiación) como genéticos y productivos, por lo que constituye la principal herramienta de que dispone una raza para trabajar en su conservación y mejora.
La Oveja Xisqueta es un animal muy sobrio, con una productividad muy interesante y con una magnífica conformación cárnica. Se caracteriza principalmente por la pigmentación oscura que presenta en cara (hocico, ojos y orejas) y partes distales del cuerpo (pezuñas) y por su vellón entrefino, todo ello típico del Tronco Ibérico al que pertenece. Además, podríamos definirla como raza de forma medio, proporciones alargadas y perfil fronto-nasal de subconvexo a convexo.
Como otras razas de montaña, su manejo tradicional ha sido trashumante con invernadas en el Bajo Cinca, Monegros, Plana de Lleida. Muchos ganaderos de la raza optaron por afincarse en Tierra Baja, haciendo la trashumancia inversa o permaneciendo estantes en los nuevos regadíos. Por ello, hoy el área de distribución de la raza es más extensa, abarcando también estas otras comarcas.
Es una raza fuerte y resistente, adaptada a las duras condiciones de la montaña pirenaica y de las sierras exteriores, que sigue manteniendo un rebaño muy extensivo, basado en el aprovechamiento máximo de los recursos naturales. Muchos rebaños todavía son trashumantes, realizando anualmente el desplazamiento entre los pastizales de verano de la alta montaña del Pirineo y las estepas y regadíos del Valle del Ebro.
La raza ha perdido muchos efectivos en las últimas décadas, por lo que está considerada oficialmente como raza en peligro de extinción. Sin embargo, el aprecio de los ganaderos por esta raza ha permitido conservar rebaños de gran pureza y calidad, lo que asegura su recuperación y mejora.
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