Con el pésimo antecedente que constituye el que los expedientes presentados en la convocatoria de 2009 no hayan cobrado aún, se revela utópico un pago temprano para la convocatoria de diciembre de 2010, cuyas resoluciones aprobatorias deberían ser emitidas en el plazo de un mes.
En 2009, la Junta de Andalucía convocó Ayudas para Inversiones no Productivas, destinadas a la lucha contra la erosión y al fomento de la biodiversidad en las explotaciones agrarias. Entre ellas figuraba como una de sus principales medidas, la subvención del arreglo de cárcavas y otros daños causados, por ejemplo por la abundancia de precipitaciones. La experiencia en la tramitación de las mismas fue nefasta: se abrió un plazo de un mes para presentar solicitudes. A pesar del tiempo transcurrido y después de varias ampliaciones de plazo que han enmascarado la torpe gestión de estas ayudas por parte de la Administración andaluza, los expedientes a los que se adjudicó ayuda mediante la correspondiente resolución, no han cobrado.
Con este negro antecedente las perspectivas de solicitantes para la convocatoria de 2010 no eran muy halagüeñas. No obstante, los numerosos daños que las precipitaciones registradas en el último año y medio han causado en muchas explotaciones agrícolas, ha provocado que el número de solicitudes dentro de esta última convocatoria haya crecido de forma exponencial, sobre todo en lo que a reparación de cárcavas se refiere.
Desgraciadamente y una vez más, los negros augurios que la anterior convocatoria presagiaba se están cumpliendo, para desazón de agricultores y ganaderos de la provincia. Es conocido que la normativa establece como condición “sine qua non” para la concesión de estas ayudas, una visita a campo por parte de un técnico de la Junta de Andalucía para comprobar in situ que las acciones por las que se han pedido la subvención no han comenzado y así emitir el “acta de no inicio”. Pues bien, la falta de dotación de medios tanto técnicos como humanos por parte de la Administración andaluza, ha hecho que a día de hoy el 90% de esas inspecciones técnicas no se hayan realizado aún, con el consiguiente perjuicio para los titulares de las explotaciones agrícolas que han solicitado estas ayudas.
Además estos informes técnicos son imprescindibles para emitir las resoluciones en las que se define la cantidad de dinero a percibir por cada uno de los solicitantes.
Teniendo en cuenta que la fecha límite para emitir estas resoluciones por parte de la Dirección General de Producción Agrícola y Ganadera –según la normativa– es el 6 de junio, desde Asaja Córdoba se insta a la Administración que agilice en lo máximo posible la realización de estas inspecciones técnicas.
La paradoja y el perjuicio para los agricultores es que quienes quieren arreglar las cárcavas surgidas en sus explotaciones no pueden hacerlo ya que perderían las posibles ayudas que se les concedieran. Es curioso que una Orden de Ayudas que pretende luchar contra uno los problemas más acuciantes de las explotaciones agrícolas como es la aparición de fenómenos erosivos contribuya al agravamiento del mismo como consecuencia de esta parálisis.
Desde Asaja Córdoba se pide a la Junta de Andalucía a una mayor dotación de medios tanto a nivel humano como técnico que permita una mayor eficiencia y rapidez en la gestión de estas ayudas.
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