Una vez que las labores de siega han alcanzado ya más del 50% de la superficie sembrada , la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) estima que la producción de cereales se situará en los 5,3 millones de toneladas, por lo que se puede calificar de una cosecha media – baja.
La superficie dedicada este año a estos cultivos se sitúa en las 1,9 millones de hectáreas en Castilla y León lo que representa una subida con respecto al año pasado de más del 4%, es decir unas 79.000 hectáreas por encima de las empleadas la campaña anterior.
Las labores de recogida se han generalizado en buena parte de la comunidad autónoma aunque marchan un tanto retrasadas en la provincia con mayor superficie y producción Burgos (383.357 hectáreas y casi 1,4 millones de toneladas respectivamente) caracterizándose hasta la fecha por una fuerte irregularidad y la desigualdad de los resultados según parcelas como consecuencia de distintos factores como pueden ser: unas siembras que se vio fuertemente mediatizada por las continuadas lluvias que la “partieron” en dos partes; las heladas que se soportaron en el mes de mayo a las que siguió una importante ola de calor en junio… perjuicios todos estos que no se han compensado con las lluvias que se han producido de una forma casi generalizada fechas antes de la cosecha.
Por último, desde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se alerta de que el problema principal que soporta el sector no es tanto que la cosecha sea calificada como media sino el precio que se va a percibir por el grano que recuerda más el de hace 20 años.
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