LA UNIÓ denuncia que el presupuesto de la Generalitat para el sector agrario en 2010 recorta en 58 millones de euros las partidas destinadas a dar apoyo e incentivar al sector, lo que en términos porcentuales representa una bajada del 50%. Por el contrario, aumenta las inversiones propias en cuestiones que deberían ser competencia de otras Consellerias, como es por ejemplo la mejora de caminos.

Así, el capítulo IV de los presupuestos, destinado a subvencionar directamente a las actividades de los diferentes sectores productivos del campo valenciano y donde se reflejan las subvenciones de las rentas a los productores, decrece un 38%. También desciende un 12% el capítulo VII, dirigido a subvencionar las inversiones efectuadas por los agentes del sector.

Es significativo el incremento del 68% de las inversiones reales con fondos propios, aunque en la mayor parte de los casos los beneficiados no serán de forma directa los agricultores y ganaderos que viven de esta actividad. Se aumentan las ayudas para racionalización del uso de agua para riego mediante la instalación de riego localizado cuando el agricultor está haciendo un esfuerzo importante de ahorro en este sentido que no se le compensa con las inversiones anteriormente mencionadas y por tanto las mismas deberían realizarse desde la Conselleria de Medio Ambiente, Agua o Urbanismo.

Las inversiones destinadas a subvencionar a ayuntamientos y mancomunidades para arreglar los caminos también crecen considerablemente. Resulta incomprensible que las mejoras de las infraestructuras viarias públicas, como son los caminos rurales, deban ir a cargo de la Conselleria de Agricultura cuando son competencia de la de Conselleria de Infraestructuras o las Diputaciones Provinciales.

Mencionar así mismo que los gastos de personal y funcionamiento de la Conselleria de Agricultura representan ya más de una cuarta parte del total del presupuesto, con una cantidad de 85 millones de euros.

Josep Botella, Secretario General de LA UNIÓ, señala que “el presupuesto de la Conselleria de Agricultura para el próximo año machaca las inversiones a los profesionales que luchan para sobrevivir en la actividad agraria y certifican la falta de ideas, el derrotismo de la Generalitat y el abandono progresivo del apoyo a los agricultores y ganaderos; todo lo contrario de lo que hace con otros sectores económicos en crisis y la política de grandes acontecimientos de la Generalitat”.