Pese al dificil momento actual, la comisión de maquinaria forestal y espacios verdes de ANSEMAT (Asociación Nacional de maquinaria agropecuaria forestal y de espacios verdes) es clara y concisa: no hay lugar para el desánimo.

En un mercado con claroscuros las notas positivas se identifican con la estabilidad, e incluso el repunte de algunos grupos de productos como las motosierras, motobombas, grupos electrógenos o los tractores de jardín. Por el contrario, pese a las lluvias y la presencia de abundante vegetación las desbrozadoras presentan un mercado más deficitario. Por tipos de herramientas, la profesional sigue mostrándose fuerte frente a la destinada al hobby, manteniéndose la tendencia al alza de las reparaciones y el mantenimiento de la maquinaria. El hobby, por su parte, se ha visto empujado por los efectos de la crisis, la falta de confianza y el descenso general del consumo pese a tratarse de productos de mantenimiento y a bajo precio.

Este grupo de trabajo también se ha mostrado especialmente preocupado por la continua entrada y comercialización en nuestro país de máquinas y herramientas que no cumplen los requisitos mínimos de seguridad y calidad, distorsionando el mercado con copias e imitaciones sin los adecuados estándares de diseño y fabricación.

La entrada en nuestro país de copias y maquinaria no certificada y homologada no solo proviene de Asia, sino también a través de las fronteras intracomunitarias. La dificultad de atajar el problema a todos los niveles: desde las aduanas a los mercadillos ambulantes, no hace cejar en su empeño a estas empresas que siguen denunciando a las autoridades y reclaman la atención de los consumidores sobre la maquinaria de baja calidad que no cumple las mínimas medidas de seguridad. Quien compra una vez este producto no vuelve a comprarlo, pero no es necesario que el consumidor caiga engañado para conocer la diferencia. Y no es solo cuestión de calidad, sobre todo, es cuestión de seguridad ya que existe un gran peligro al trabajar con máquinas que no han pasado los debidos controles o no han sido diseñadas conforme a las especificaciones de las normas de seguridad.

La información adecuada del consumidor, la exigencia de los requisitos legales y de seguridad y la compra por los canales adecuados, son las armas al alcance de todos para no sufrir otras consecuencias.