Teniendo en cuenta los elevados costes de la alimentación de porcino en los últimos meses y que éstos suponen entre un 55-60% de los costes totales de producción, la Dra. Beaulieu del Prairie Swine Centre de la provincia canadiense de Sasktchewan, considera que es preciso reformular las dietas para reducir gastos. En su opinión, la idea de pagar más por dietas de alto contenido energético para obtener los máximos rendimientos puede no ser lo más acertado en estos momentos. Habría que revaluar objetivos buscando maximizar la eficacia del programa de alimentación en lugar de buscar la maximización del desarrollo de los animales.

El fósforo ofrece dos oportunidades para ahorrar. La reducción de fósforo en la dieta no supone por si solo un gran ahorro, pero si lo es, si se paga algún tipo de extra por el fósforo en los purines que se van a extender en los cultivos. Por tanto, al valorar los ahorros hay que contabilizar la granja en su conjunto.

Por otro lado, el fósforo es el segundo o tercer elemento más caro de la dieta de los cerdos. Reemplazar el fósforo inorgánico por enzimas fitasas puede suponer un ahorro de 7,75 € por tn, además de reducir el contenido de fósforo de los purines.

Clasificar los cerdos por sexos y por estado de crecimiento también ayuda ahorrar, pues cuanto más parecidos son los grupos más fácil es obtener una dieta que nii sobre alimente ni infra alimente a los cerdos. En este caso hay que tener en cuenta los factores de espacio y mano de obra.

El equipo de alimentación también ofrece oportunidades para ahorrar. Lo más recomendable es que el tamaño de la partícula de la ración esté entre 650 a 700 micrones. Este tamaño favorece la digestibilidad pero también provoca más averías y problemas con el equipo. El pelletizado también aumenta la eficacia de la alimentación, pero es caro. Estos factores tienen que ser considerados cuando se valoren los costes de alimentación.