Sevilla, 3 de julio de 2008.- Paradójicamente, después de la pasividad mostrada por las fuerzas del orden en nuestra provincia durante el paro salvaje promovido por los camioneros, quienes con sus violentos piquetes causaron daños millonarios en el sector agrario provocados por la pérdida de cosechas, el retraso en la recolección y la imposibilidad de cumplir los plazos de entrega, ahora, en plena campaña de recolección del cereal, cuando los agricultores intentan recuperar el tiempo perdido y recurren a sus tractores y sus remolques para agilizar la entrega de las cosechas, nos encontramos con que la Junta de Andalucía y la Guardia Civil, al amparo del Plan de Transporte, están dificultando las entregas y acribillan a los agricultores a las puertas de las cooperativas con “inspecciones leoninas” de los vehículos y con la petición de todo tipo de documentación, en muchos casos irrelevante.

ASAJA-Sevilla denuncia esta persecución de la Junta y de la Delegación de Gobierno que, si bien está amparada por la ley, resulta absolutamente inoportuna, pues se efectúa en plena recolección, en la época de más movimiento en el campo, y cuando los agricultores intentan recuperar el tiempo perdido a causa del paro salvaje de los transportistas.

ASAJA-Sevilla lamenta que mientras las fuerzas del orden, en su exceso de celo, “blindan” la entrada a las cooperativas, el resto del territorio rural permanece abandonado y sometido a la actuación vandálica de bandas organizadas que roban cuanto de valor encuentran a su paso: cosechas, transformadores, maquinaria, placas solares….

ASAJA-Sevilla exige que se ponga fin de inmediato a esta persecución, puesto que a lo largo del año hay momentos más que suficientes para efectuar estas inspecciones sin entorpecer la labor de recolección y entrega de las cosechas.

Una vez más queda patente la descoordinación con la que actúan nuestros gobernantes, así como su desconocimiento y su nula sensibilidad con el sector agrario, que una vez más paga el pato de esta descoordinación.

Este tipo de actuaciones denotan el desinterés con que el Gobierno afronta todo lo que tiene que ver con los agricultores, los ganaderos y el mundo rural, tan alejado de las moquetas del poder.