La empresa energética Shell y la compañía norteamericana Virent Energy Systems han anunciado un acuerdo de colaboración por 5 años para el desarrollo de una producción de biocarburantes por el método termoquímico centrada en la producción de gasolina sintética a partir de biomasa.

Virent es una de las empresas norteamericanas que actualmente recibe ayudas federales para investigar en biocarburantes de segunda generación y utiliza una tecnología novedosa denominada BioForming para producir carburante sintético por el método químico, que a diferencia de la pirólisis convencional, que utiliza altas temperaturas y una conversión catalítica en fase gaseosa, lo hace con temperaturas más bajas y la conversión catalítica en fase líquida (Aqueous Phase Reforming; APR).

Los carburantes sintéticos no son una idea nueva, ya que fueron ampliamente utilizados por Alemania en la II Guerra Mundial o por la Sudáfrica del apartheid. Actualmente hay numerosas empresas que están estudiando múltiples variantes para la obtención de biocarburantes de este tipo, que tienen la gran ventaja de poderse modular fácilmente las características del producto final para que sean muy similares a los carburantes convencionales y poderse mezclar con ellos en altas proporciones y utilizarse en motores convencionales.