Syngenta ha anunciado un acuerdo de colaboración con el Instituto de Tecnología de Queensland (Australia) y el Gobierno de Queensland, que aportara 5,1 millones de dólares, para el desarrollo de una producción económicamente viable de bioetanol a partir de bagazo de caña. El acuerdo incluye la utilización de la expresión de enzimas recombinantes en plantas transformadas genéticamente.

La posibilidad de obtener biocarburantes a partir de material celulósico es actualmente la mayor esperanza para conseguir una producción viable y sostenible. El principal problema de esta producción es obtener una forma económica de descomposición de la celulosa en azúcares simples fermentables.

Una de las líneas de investigación principales para ellos es la basada en la biotecnología, lo que incluye la producción de enzimas recombinantes en plantas transgénicas, e incluso en la misma planta que se va a transformar, lo que eliminaría la necesidad de tener que añadirlas en el proceso industrial.

Syngenta mantiene desde hace varios años una estrecha colaboración con la compañía de biotecnología californiana Verenium (resultado de la fusión de Diversa y Celunol) especializada en genómica aplicada a la producción de bioetanol celulósico.