Algunos productores de porcino del Reino Unido están disparando a sus cerdos porque no pueden hacer frente a sus pérdidas. Los precios en el supermercado son cada vez más bajos y el coste del alimento cada vez más caro. Para hacer todavía más difícil la situación, los recientes casos de fiebre aftosa han provocado una serie de restricciones en el movimiento que está dificultando la comercialización de los animales.

Los productores estiman que tienen unas perdidas de unos 16 € por cada cerdo sacrificado. Por este motivo, han solicitado a los supermercados británicos que aumenten los precios de la carne de porcino en el lineal, en un 40%. En un principio, la distribución británica se ha mostrado a favor de apoyar al sector productor, no obstante, el reciente dictamen del Tribunal de la Competencia del Reino Unido, que acusaba a varias industrias lácteas y supermercados de pactar precios, puede que desanime a la distribución a llegar a ningún tipo de acuerdo.