Investigadores de la Universidad de Saint Louis (EEUU) han diseñado una batería que funciona con azúcar que sirve para alimentar pequeños aparatos eléctricos como teléfonos móviles o iPOds y que además tiene una duración de carga muy superior a las baterías convencionales de ion-litio.

La batería, que además es biodegradable, funciona a base de enzimas que pueden degradar varios tipos de soluciones azucaradas, incluyendo refrescos, aunque el combustible que da mejores resultados es agua con azúcar común (sacarosa).

La idea de fabricar una batería eléctrica que funcione con azúcar no es nueva, habiéndose desarrollado algunos prototipos. Sin embargo, en esta ocasión se ha obtenido mucha mayor duración y rendimiento en un menor tamaño; lo que podría abrir las puertas a una posible comercialización de este tipo de baterías en algunos años.