La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acaba de publicar un estudio sobre la agricultura y la política agraria de China, en el que se destaca que las ayudas que se conceden no representan más que un 6% respecto al valor de la producción, lo que supone una ayuda interna muy inferior a la mayor parte de los países de la OCDE.

China ha venido reduciendo últimamente las medidas de intervención y apoyo a los mercados agrarios, con vistas a orientar las producciones a los mercados y lograr una agricultura más eficiente. Aunque se ha mejorado mucho en los últimos años, China continua teniendo un grave problema de pobreza y exceso de población en zonas rurales, con una creciente desigualdad entre el mundo urbano y rural, que se ha visto incrementada por el desarrollo económico.

La agricultura aun supone un 15% del PIB, ocupando un 40% de la mano de obra. El desarrollo rural y la recolocación de trabajadores de la agricultura hacia otros sectores es una de las políticas prioritarias del país.