La paciencia tiene un límite. Hartos de esperar unas ayudas que nunca llegan, los agricultores de COAG han iniciado movilizaciones de protesta contra la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía a causa de su negligente gestión de las ayudas por heladas –que ya tendrían que haber recibido los productores hace meses– y de la agricultura almeriense en general.

Ayer, con motivo de la inauguración de la Semana Verde de Motril, medio centenar de agricultores de COAG Almería se han desplazado hasta la capital de la costa tropical granadina para unirse a sus compañeros de Granada en la protesta ante el consejero. Sin embargo, Isaías Pérez Saldaña ha declinado horas antes la invitación realizada por la organización de la feria motrileña, eludiendo su responsabilidad y evitando dar la cara ante los agricultores afectados.

En total, alrededor de 250 agricultores de ambas provincias han recibido con una sonora pitada al “suplente” de Saldaña, el director general de Producción Agraria Manuel Sánchez Jurado, quien ha pasado por delante de los agricultores de COAG avergonzado y “con la cabeza gacha” sin atender sus reivindicaciones. Una vez dentro del recinto ferial, el representante de la Consejería tampoco se ha atrevido a visitar el expositor de COAG demostrando, al igual que el consejero, que en la Junta no están dispuestos a dar la cara ante los afectados por las heladas.

El malestar del campo por el gran retraso que acumulan las ayudas por heladas y por la nefasta gestión que está realizando la Consejería de Agricultura es palpable. “Ésta ha sido tan sólo la primera de una serie de acciones sindicales que COAG Almería va a desarrollar en los próximos días”, según ha anunciado el secretario provincial de COAG, Andrés Góngora. “Los agricultores nos sentimos engañados y no deseamos oír más falsas promesas. El campo almeriense no quiere más balances ‘fantásticos’ de un consejero que en ningún momento desde que aparecieron las primeras heladas ha dado la talla y que tendría que haber dimitido hace muchos meses tras pretender engañarnos en repetidas ocasiones”, critica Góngora.