El pasado 1 de Julio, miles de ciudadanos de Castilla la Mancha nos manifestamos por las calles de Ciudad Real, con un lema sencillo “Agua, la necesitamos”. El calor de este verano y sobre todo, la “leña” que a este fuego se han empeñado en echar algunos colectivos y personas con intereses, en muchos casos no muy bien explicados, han ocultado el debate, sereno y tranquilo que este tema necesita, un debate pospuesto desde hace casi 20 años y que seguramente, es esta la ocasión para abordarlo con tranquilidad.
Efectivamente, sobre los aproximadamente 19.000 Km2 que ocupa la Cuenca Alta del Guadiana viven 1 de cada 3 castellano-manchegos, se encuentra el mayor viñedo del mundo, nos encontramos con la mayoría de las grandes poblaciones de nuestra región, la mayor parte de la agricultura productiva y lo que a ella esta ligado, la industria agroalimentaria, el transporte, el comercio y los servicios.
Dicho todo esto y ya con la perspectiva de que el clima se enfríe, más que nada por las fechas del calendario y la presión de los ciudadanos, desde UPA de Castilla-La Mancha, que iniciamos este debate cuando se intentó imponer un Plan Especial del Alto Guadiana sin la participación del conjunto de la sociedad, de espaldas a los ciudadanos y gestado en reuniones semiclandestinas, estamos empeñados en que ese debate, abierto y sereno se produzca, y de el salga un Plan Especial del Alto Guadiana de consenso, con la participación de todos, por que estamos convencidos que es la única forma de que éste se pueda aplicar si en su gestación están todos los colectivos que somos usuarios del agua.
Estamos hablando de unos 100.000 pozos con distintas situaciones legales y deberemos garantizar que estos pozos sirvan al conjunto del desarrollo económico y social de Castilla La Mancha y de sus ciudadanos y el mantenimiento de las rentas de los miles de agricultores que dependen de ellos.
Los agricultores, que somos conscientes de que el agua que utilizamos es un “préstamo” que se nos hace, necesitamos del conjunto de la sociedad que decida que tipo de agricultura quiere mantener en nuestra región, es un recurso que utilizamos para producir alimentos y la actividad que ello genera y por tanto es fundamental que establezcamos un pacto con el resto de la sociedad, consistente en que nosotros nos comprometemos a utilizar este recurso con rigor, con celo, adoptando todos los sistemas existentes para que su uso sea el mas riguroso posible y por el conjunto de la sociedad se tiene que establecer las formulas legales necesarias que garanticen que podemos desarrollar nuestro trabajo sin la presión actual, sin sentirnos perseguidos como auténticos delincuentes, con las garantías suficientes para que este recurso, de todos, también de los agricultores, sirva a su objetivo ultimo, garantizar el progreso y futuro de nuestra región, la producción de alimentos de calidad y el mantenimiento de los recursos, que en una región como la nuestra son estratégicos para su supervivencia.
Y planteado el escenario, ¿cuales son las medidas que debemos tomar para poner un poco de orden es este desaguisado? Y para garantizar un uso racional de los recursos con los que contamos y ¿cuáles son las propuestas de UPA de Castilla-La Mancha para ese debate del que hablamos? pues bien, varios y con distinto calendario.
En primer lugar es necesario establecer un proceso de regularización de todos los pozos existentes en el Alto Guadiana, que tiene que tener en cuenta que su actual situación es debida a que por la Administración Hidráulica, en su momento, se impidió que estuviesen regularizados al no aplicar lo establecido en la vigente Ley de Aguas (Art. 54) y por tanto se encuentran en una situación irregular, que no ilegal, y no achacable a los usuarios.
Debe tenerse en cuenta, así mismo, que existen muchos pozos históricos que carecen de regulación y dotación y esto, por desidia y falta de celo en la gestión administrativa y que es necesario que finalice su, por llamarlo de alguna forma, viaje a lo largo de los años por archivos y cajones de la administración de forma inmediata.
Es necesario, que nos planteemos que hacemos con el agua y, esto para la UPA, que decimos que aspiramos a tener acceso al agua en condiciones de igualdad, plantea distintas alternativas, y que deben incluirse en el futuro Plan Especial del Alto Guadiana, sobre todo por que este debe ser el marco donde regulemos el futuro de los aprovechamientos hídricos de nuestra región, con un horizonte de, al menos cincuenta años, donde tenemos que reflejar las medidas para la recuperación y mantenimiento de los humedales manchegos, que deben ser el termómetro permanente de la situación de los recursos hídricos aprovechables, y debemos entrar en un debate que al día de hoy sigue siendo un tema espinoso, pero no por ello deja de ser necesario, esto es, que uso damos al agua, para quien y quien lo gestiona y como.
Para ello planteamos distintas medidas que a nuestro juicio son fundamentales, es necesario que cambiemos el modelo de gestión actual, que ha fracasado estrepitosamente, adaptándolo a los usos democráticos que son comunes en nuestra sociedad, esto es, que un hombre un voto llegue a las comunidades de usuarios y regantes, para que el agua no la controlen unos cuantos aguatenientes y sea realmente de todos y no solo una propiedad privada de unos cuantos, es necesario establecer un sistema, en los acuíferos sobreexplotados por el cual se fije un plan de extracciones permanente, con criterios de reparto del agua que favorezcan y que primen, sobre todo, las explotaciones familiares y a los agricultores profesionales, es necesario establecer un plan de ordenación de las extracciones en el conjunto del alto guadiana que tenga en cuenta que el uso del agua para usos agrícolas debe ser prioritaria para los cultivos sociales y leñosos, lo que desde UPA denominamos, criterios económicos y sociales y deben primarse a aquellos usuarios que residen en la comarca donde tienen la explotación, lo que garantizara que el uso del agua produce beneficios sociales, no solo económicos y que sea un medio de desarrollo económico y de ordenación territorial, es necesario plantear una verdadera política regional de regadíos donde por parte del Gobierno Central y Autonómico, se invierta en una de las mayores zonas de España donde la mayor parte de la inversión la han aportado los propios agricultores y es necesario que la inversión en regadíos de otras zonas, se empiece a aplicar, también en nuestra región para adaptarla a las necesidades de desarrollo de la misma.
Y por ultimo debemos establecer un sistema que garantice para el futuro que a los castellano-manchegos se nos reconozca el derecho al uso del agua, al menos como a cualquier otro ciudadano del país y para ello es urgente que se ponga fecha de caducidad a un trasvase, el Tajo-Segura, y que estos recursos se puedan utilizar en nuestra región, todo ello encuadrado en un Pacto por el Agua que es indispensable que pongamos en marcha, ya desde UPA lo estamos pidiendo y que este Pacto lo lidere el Presidente de Castilla La Mancha, como representante de todos los ciudadanos.
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