En EEUU, la agricultura fue el principal consumidor de gastos de transporte, con un 31% de todas las toneladas/millas transportadas en la geografía del país en 2007. Se ha debido a que en los pasados 5 años, EEUU ha exportado la mitad del trigo producido, el 36% de la cosecha de soja y el 19% de la de maíz. Estas mercancías exportadas tienen que ser transportadas hasta la frontera o hasta los puertos en camiones o trenes, consumiendo por tanto, mucho transporte interno.
Dada la importancia del transporte agrario, el Farm Bill 2008 encargó un estudio sobre el transporte rural, el cual fue ayer presentado al Congreso por el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA). El informe señala una serie de puntos que tendrían que ser examinados, entre los que destacan:
– El gobierno vigila cada modo de transporte de forma separada, cuando de cara al transporte de productos agrarios y especialmente en las zonas rurales debería analizarse el tener una visión de conjunto.
– El transporte por mar y por tren está exentos de muchas normas antimonopolistas, que pueden tener el potencial de reducir la competencia y el servicio y aumentar las tarifas.
– Los conductores que transportan mercancías agrarias están exentos de un máximo de horas de conducción y otros requisitos que si se le exigen a otros conductores. Esta exención es importante por los requerimientos especiales de los productos agrarios pero también puede plantear un problema de seguridad en las autopistas y carreteras.
El informe puede consultarse en el siguiente vinculo:
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