El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) de México confirmó ayer la detección de un nuevo caso de gusano barrenador del Nuevo Mundo (NWS, Cochliomyia hominivorax) en Sabinas Hidalgo, Nuevo León, a menos de 70 millas de la frontera con Estados Unidos. Se trata del foco más septentrional registrado en el actual brote del denominado síndrome nefrótico, lo que incrementa la preocupación para la industria ganadera estadounidense. La localidad afectada se sitúa en un eje estratégico, junto a la carretera que conecta Monterrey con Laredo (Texas), uno de los corredores comerciales más transitados del mundo.
La Secretaría de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha calificado la situación como prioritaria en materia de seguridad nacional, advirtiendo de que no dependerá de la cooperación de México para proteger al ganado y que está preparada para aplicar medidas unilaterales si fuera necesario. Desde junio de 2025, Washington había ofrecido apoyo a través del denominado “Plan Audaz del NWS” y ahora insiste en que se ejecutará sin concesiones el plan de cinco pasos diseñado para blindar sus fronteras.
Origen del brote y medidas en marcha
El SENASICA ha informado que el animal afectado, una ternera de 8 meses, había sido trasladada a un corral de engorda certificado en Nuevo León desde una zona del sur del país donde se han registrado casos activos. Este hecho refuerza la hipótesis de que el movimiento de animales entre regiones ha facilitado la propagación del parásito y la enfermedad asociada, lo que pone en evidencia la necesidad de aplicar de forma estricta el Plan de Acción Conjunto México-Estados Unidos para el control del GBN.
En respuesta al avance del brote, Estados Unidos mantiene cerrados sus puertos a la importación de bovinos, bisontes y caballos procedentes de México. Paralelamente, el Departamento de Agricultura (USDA) ha desplegado un dispositivo de vigilancia que incluye cerca de 8.000 trampas en Texas, Arizona y Nuevo México. Desde julio, se han analizado más de 13.000 muestras sin que hasta ahora se haya detectado ninguna mosca del gusano barrenador en territorio estadounidense. Sin embargo, ante el caso confirmado en Nuevo León, el USDA contempla liberar moscas estériles en la región como parte de la estrategia de erradicación.
Impacto ganadero y plan de recuperación
El USDA ha anunciado que en los próximos días presentará un plan de apoyo a gran escala destinado a incentivar la reposición del hato ganadero y reforzar la industria cárnica nacional. Estas medidas pretenden mitigar los efectos de una crisis sanitaria que amenaza con generar pérdidas millonarias en la ganadería estadounidense y con alterar los flujos comerciales de carne en Norteamérica.
El gusano barrenador y la enfermedad que transmite
El gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochliomyia hominivorax) es un insecto parásito originario de América que afecta principalmente al ganado, aunque también puede infestar a otros animales domésticos y silvestres, e incluso al ser humano. La hembra deposita sus huevos en heridas abiertas o mucosas de los animales, y las larvas, al eclosionar, se alimentan de tejido vivo. Este proceso genera lesiones graves, debilidad, pérdida de peso y, en casos avanzados, la muerte del animal.
Además del daño directo causado por la infestación, el gusano barrenador puede transmitir infecciones secundarias y está asociado al síndrome nefrótico, una enfermedad que compromete el sistema renal de los animales afectados. El síndrome se caracteriza por pérdida de proteínas a través de la orina, edemas generalizados y deterioro progresivo de la función renal, lo que complica aún más el estado de los animales parasitados.
México y Estados Unidos llevan décadas colaborando en programas de erradicación del gusano barrenador, principalmente a través de la liberación de moscas estériles. Estos esfuerzos habían permitido mantener a raya al parásito, pero la reaparición de focos en regiones cercanas a la frontera incrementa el riesgo de que la plaga vuelva a establecerse en territorio estadounidense.
El gusano barrenador es endémico en Cuba, Haití, República Dominicana y países de Sudamérica. Durante décadas, Estados Unidos y Panamá han colaborado para prevenir su desplazamiento hacia el norte, utilizando una técnica de control biológico (insectos esterilizados). Así se erradicó el gusano barrenador de Estados Unidos en 1966 y eliminó un pequeño brote en los Cayos de Florida en 2017.
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