En 2017, el consumo de antibióticos en animales en Dinamarca descendió en un 3% con respecto al año anterior, lo que supone 3,4 toneladas menos. Se trata del cuarto año consecutivo con reducción. En total, el consumo ha caído alrededor de un 14% entre 2013 a 2017, lo que corresponde a un descenso de poco más de 16 toneladas, según los últimos datos del gobierno danés.
La disminución general en el consumo de antibióticos se debe a que Dinamarca cuenta con el sistema de tarjetas amarillas desde 2010, que como en el fútbol, tienen una misión de aviso. Los ganaderos que reciben una tarjeta amarilla cuentan con 9 meses de plazo para introducir medidas de corrección. Si pasado este plazo se observara que las medidas tomadas son inadecuadas, el gobierno obligaría a que en la explotación se cumpliera un plan corrector del uso de antibióticos definido por la propia administración.
En 2016 hubo un cambio en las reglas, según el cual, el uso de tetraciclina y los tipos de antibióticos críticos para el tratamiento de enfermedades humanas ahora cuentan significativamente más que el resto. El uso de tetraciclinas se multiplica por 1.5, por lo que su consumo se ha reducido en un tercio (de 22,453 kg en 2016 a 15,212 kg en 2017). El uso de colistina se multiplica por 10, lo que ha tenido un efecto significativo en el uso de colistina en el primer trimestre de 2017.
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