En Córdoba, a 4 de septiembre de 2007.- El sector ganadero está atravesando una difícil situación por la continuada bajada de precios que vienen atravesando los empresarios ganaderos, acentuada por la subida de los costes de producción, fundamentalmente los piensos debido al precio de los cereales.
Como recordatorio les indicamos que en 1994 el kilo de carne de añojo (vacuno) cotizaba a 304,48 ptas/ kg vivo (1,83 euros/kg), mientras que actualmente está a 270 ptas/kg vivo (1,62 euros/kg), lo que supone un 11% menos en pesetas reales. En ovino en 1994 un cordero valía 60 euros la unidad (10.000 ptas), aproximadamente lo mismo que actualmente. La inflación acumulada en esos años es del 50%, lo que implica que los precios en pesetas constantes son inferiores a la mitad, mientras que los costes han subido muy por encima de ello.
Asimismo, el porcino ibérico cebado de pienso cotizaba la arroba a 21,04 euros (3.500 ptas) el pasado año y actualmente está a 14,42 euros (2.400 ptas), un 31% menos.
Ante este grave problema, desde Asaja Córdoba solicitamos nuevamente a la Junta y al Gobierno central a que arbitren medidas que ayuden a los ganaderos, entre las que caben destacar reducciones fiscales, transparencia en los precios, ayudas a la comercialización, ayudas directas a los ganaderos para la fabricación de piensos, ayudas directas para compensar la renta, y la potenciación de seguros ganaderos.
A este grave problema tenemos que añadir el problema de la lengua azul, que afecta al ovino y al vacuno. Asaja considera insuficientes las compensaciones destinadas para el sacrificio, anunciadas por el Consejero por un montante en torno a 100 euros de media por cabeza de ganado afectado por esta enfermedad. Aunque en la provincia de Córdoba aún no se ha detectado ningún foco, las medidas de restricción impuestas afectan a las comarcas de Montilla, Posadas y Peñarroya. La inmovilización de los animales decretada en la nueva zona de restricción tiene un doble efecto negativo sobre el bolsillo del ganadero, el primero es que resulta muy difícil que los animales puedan ser vendidos al resto del territorio nacional por la complejidad de las pruebas a realizar y por tanto tienen que seguir alimentándolos en la explotación, con el coste que ello supone, y en segundo lugar, baja el valor de los animales al pasarse de su peso comercial.
Por último, Asaja Córdoba insiste en que el virus de la lengua azul no entraña riesgos de ningún tipo para la salud humana, ni por la ingesta de carne, ni de leche ni de sus derivados y que se trata de una enfermedad animal que lo que tiene son importantes repercusiones económicas para los ganaderos.
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